TUMBA DE SOR LLUÏSA ESTIVILL

Lluïsa Estivill, la monja rebelde que salvo Reus 

Siempre con las ideas claras, fue una monja luchadora e inconformista: desobedeció a su superiora cuando lo consideró necesario y, durante el levantamiento de Prim contra Espartero, evitó represalias en la ciudad de Reus.

El 30 de mayo de 1843, todas las miradas se dirigieron hacia Reus: el entonces coronel Joan Prim se levantó en armas contra Espartero, regente de la corona española. La reacción fue rápida, y pocos días después la población estaba sitiada y las bombas comenzaron a caer sobre la ciudad. Los habitantes de Reus, poco motivados con la posición de Prim y muy preocupados por el ataque, enviaron una comisión para negociar con ambas partes con el objetivo de conseguir la rendición del sublevado y, por parte de los sitiadores, el cese de los bombardeos y el compromiso de no saquear la ciudad. Una de las encargadas de esa misión, que resultó exitosa, fue la monja Lluïsa Estivill.

Cambio de vida y de nombre

Cuando nació en Alforja en 1809, fue bautizada como Rosa. Sin embargo, al ingresar en el convento de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de Reus, siguió la norma habitual de cambiarse el nombre y pasó a llamarse Lluïsa. Pero no siempre fue tan obediente. Mujer de carácter firme y con ideas claras, acabó enfrentándose a su superiora, con quien tenía importantes diferencias, y se negó a seguirla cuando esta decidió trasladar la comunidad a Tarragona. Sor Lluïsa, junto con un pequeño grupo de compañeras, se quedó en Reus para continuar su labor con los enfermos del hospital y, especialmente, con la escuela para niñas sin recursos.
Este acto de desobediencia levantó mucha polémica. Primero intervino el arzobispo de Tarragona y luego la dirección española de las Hijas de la Caridad, exigiendo que las disidentes se reunieran de nuevo con su comunidad original o renunciaran a los hábitos de las paúlas. Inquieto por la situación, incluso el gobernador de Tarragona intervino en el asunto. Después de escuchar a la junta del hospital, la monja recibió buenas recomendaciones.

Obstáculos para educar

Finalmente, Sor Lluïsa fundó las Hijas de la Caridad de Reus para continuar con su trabajo, pero como la comunidad era pequeña y no daban abasto, el Ayuntamiento acabó cerrando la escuela en 1857. Decepcionada, disolvió la orden y creó una nueva escuela para niños pequeños. Un año después, una de sus antiguas hermanas, la futura santa María Rosa Molas, fundaba la orden de las Hermanas de la Consolación en Tortosa, continuando con las labores educativas y caritativas. Lluïsa Estivill terminaría falleciendo en 1879, rodeada del respeto y admiración de los habitantes de Reus.